A nosotros los latinoamericanos nos enseñan a hablar y pensar en política desde que nacemos. Yo no sé ustedes, pero yo nací en una casa copeyana restiada que se quejaba de cuanto gobernante adeco llegaba al poder (y se quejaban cada vez que Copei tenía el mal tino de meter al Tigre como candidato xD ) y asi fue que entendí desde pequeña que nunca existiría un presidente que no fuera corrupto, que siempre el peor momento de la historia de Venezuela es el que estuviera viviendo de momento, y que éramos un país en "vías de desarrollo" aunque nadie realmente sabía cómo se comía eso.
Y así fue, que cuando llegué a la adolescencia empecé a seguir a las bandas que se conectaban de alguna manera con la lucha social en la que creía fervientemente que Venezuela necesitaba: Desorden Público, Seguridad nacional, entre otros miles de punketos locos que estaban de moda en esa época.
Los 90, en general, fue una época excelente para la difusión del rock nacional, porque teníamos una competencia entre disqueras que apoyaban propuestas locales y festivales por todos lados... la difusión era amplia, la piratería controlada y la censura casi nula... mas bien, era como que fomentaban la controversia política de las bandas para venderlas mas.
En ese sentido los músicos en Venezuela siempre han tenido un matiz político en cuanto a los ideales que defienden, el ska-> la lucha contra el racismo, el regaee -> la paz y el conservacionismo, el punk -> rebeldía conciencia social, etc. y eso se considera bueno, porque cada género está respaldando la ideología que les dió forma en un principio.
Sin embargo, la parte preocupante del asunto comienza cuando los gobernantes de turno comienzan excluir grupos de los espacios del Estado debido a su tendencia política (lo cual, he presenciado personalmente).. o cuando seguidores fanáticos de determinado artísta lo abandonan en el momento que este demuestra preferencia por una determinada figura política ignorando la calidad musical que les llamó la atención en un principio.
Este tipo de situaciones ha generado un descenso en la calidad de los temas nacionales ya que ha hecho que muchos músicos buenos, que basaron sus carreras en hacer críticas sociales ahora canten temas vacíos sobre comida o sobre el gigante que les tumbó la novia en la discoteca, para poder asegurar poder seguir viviendo de su música. Y se les entiende porque, su experiencia laboral esta en sus dedos y gargantas, ¿qué harán si no?.
Sólo me queda decir que es lamentable y que esperamos que algún dia la tolerancia y la libertad de expresión vuelvan a hacer gala en nuestro país, de parte de ambos bandos.
