domingo, 10 de julio de 2011

Sobre el "Talento" y el "Oido" Musical.



           Cuando criticamos a los panas que no saben bailar, desafinan o cantan como un gato al que le están pisando la cola,  decimos que esa persona No tiene oido musical.  ¿Pero que quiere decir esa frase? ¿Que carece de "talento" para la música? ¿Que nunca en su vida podrá hacerlo?




           A mi me gusta resumirlo de esta manera: una persona "talentosa" es aquella que, sin entrenamiento, puede hacer cosas que a otros les cuesta mucho trabajo y sudor. Esas personas existen. "Nacieron aprendidos". Da rabia pero asi és. Cuando esas personas reciben además un entrenamiento, son justamente los grandes genios de la historia.



        Sin embargo, la experiencia me dicta que pocas personas talentosas realmente entrenan. Se creen tan "arrechos*", que se vuelven divos, pensando que las oportunidades les caerán del cielo sólo por ser buenos;  y muchas veces terminan siendo superados por gente común y corriente que simplemente, y en términos venezolanos -  le "hechó un camión de bolas".

  Asi que, si  eres  una  persona común, sin "talento innato", lo único que necesitas para ser grande en lo que te apasiona es  1. Entrenar y 2. Estar abierto a la crítica. (tanto a la constructiva como a la destructiva, lo que requerirá una dosis superior de carácter, para no deprimirte cuando te digan que apestas, o sobrevalorarte demasiado, cuando te digan que eres bueno. Tienes que verlo como parte del proceso para ser quien quieres llegar a ser.. este camino nunca se acaba.)





        
     En el caso del "oido musical" , ahora hay muchos estudios que hablan sobre el desarrollo de la "inteligencia musical" en los niños, como una parte integral de su desarrollo.  La ponen a la par de los otros tipos de inteligencia como puede ser la lógico-matemática, o la lingüística, generalmente usadas para determinar el coeficiente intelectual (IQ) de las personas. 

(Pueden buscar más información al respecto en google, con el tag "inteligencias multiples")




Lo que podemos entender por "inteligencia musical" sería la capacidad de crear, analizar  e imitar sonidos, y se clasificaría en tres habilidades por desarrollar:  



1. Oido Ritmico: la capacidad de seguir un pulso. Es aquella que se desarrolla cuando aplaudimos el ritmo de una canción, y que no sólo es útil para los músicos, sino para cualquier persona que desee bailar bien.




2. Oido Melódico: Es la capacidad de diferenciar un sonido de otro, y por lo tanto poder cantar diferentes tonos seguidos. (seguir una "melodía"). La gente que no lo tiene desarrollado canta toda la letra en una nota, o dos. Les suena realmente monótono.






3. Oido Armónico:  Es la capacidad de imitar un sonido. Que yo toque en un piano un Do, por ejemplo,  y pueda generar el mismo sonido con mi voz. El desarrollo avanzado de esta habilidad, permite incluso crear armonías (cantar en coros donde el cantante deba permanecer en una nota, mientras sus compañeros ejecutan otras, y mantener el sonido armónico)

Habilidades Extra:



4. Memoria Auditiva: Es aquella que te permite, por ejemplo, cantar la canción en el mismo tono de siempre sin necesidad de tener un instrumento de guía.

5. Oido Absoluto: Más considerado un talento que una habilidad. Se refiere a cuando el músico puede reconocer el nombre de la nota, solo con escuchar el sonido. Aunque si se desarrolla la "memoria auditiva" puede crearse un "oido absoluto" por entrenamiento. Un sonido fácil de reconocer es la nota "La" porque es la misma que el tono del teléfono.



En las siguientes entregas, les daré ejercicios para que puedan desarrollar cada una de estas habilidades facilmente ;).  Hasta luego! ^^

martes, 31 de mayo de 2011

Frío vs. Garganta

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                Cosas que todos sabemos que le hacen daño a nuestra garganta: Gritar, Carraspear, Fumar, beber licor, los cuadros gripales, las alergias, las caries, los reflujos estomacales

                Podría hacer un artículo completo acerca de porqué cada uno de estos elementos son dañinos para la salud vocal, pero sé que  no vale la pena perder tiempo en decirles que los “vicios” son malos, que fumar mata, y  que no se debe comer en exceso… 







                Así que hablaré de algo que no moleste a nadie, y que seguramente habrán escuchado alguna vez: El Sr. Frío.  Según algunos profesores de canto, estas son las reglas para tratar con él:

1.      *  “No tomarás bebidas frías, te olvidarás del helado y el hielo…”
2.       *  “Debes respirar por la nariz, para calentar el aire antes que pase por tu faringe.”
3.      *   “Evitarás el frió extremo de los aires acondicionados…”





             Ok. ¿Evitarás el helado? Sabemos que no.  ¿Y que hay de esas frases  tan rápidas que nuestra única solución es respirar por la boca?  Bueno, hora de matar algunos viejos mitos:


   Cuando estamos recién levantados, sonamos roncos. Hablamos bajo, y emitir sonidos es cansón, ¿cierto? A veces ni nos provoca hablar.  Nuestro sistema está “frío” y “pegado”.  Es como despertar cualquier músculo, necesitamos estirarlo (bostezando, tal vez) e irlo calentando poco a poco hasta que llega un punto en que podemos hablar con facilidad.


Cuando hablamos mucho rato o cantamos, nuestros músculos laríngeos y faríngeos se estiran y se calientan volviéndose muy flexibles y fáciles de manejar. Se descomprimen, por decirlo de otra manera.


Lo que hace el frío, es comprimir esos músculos de forma abrupta, lastimándonos.


  Imaginen un jugador de fútbol que luego de dos horas de juego no estire las piernas. A la media hora seguro  sentirá “puyitas” por el ejercicio realizado.  El estiramiento post-ejercicio es necesario para  que el músculo obtenga su mayor extensión antes de comprimirse naturalmente y hacer que estas “puyitas” no aparezcan. 



Cuando nos tomamos “una fría” bien fría luego de un toque,  lo que nos deja roncos el día siguiente no tiene que ver con el licor ingerido, sino con esa contracción abrupta del músculo. A largo plazo, esas contracciones repetitivas van degenerando las paredes de la laringe, creando grietas que sólo la cirugía láser puede sanar.


Sin embargo, exageran al pedirnos que renunciemos al hielo.  La verdad es, que a pesar que el frío es un factor perjudicial para nuestra garganta, existen maneras de protegerse de él sin caer en sacrificios de por vida.


1.                  Las bebidas frías sólo son perjudiciales ante gargantas muy calientes.  Por ejemplo, cuando cantas o hablas por mucho tiempo. Así que, evítalas.
        El resto de las veces, la garganta puede estar medianamente caliente, por lo que puedes calentar un poco la bebida en la boca antes de que esta pase por la garganta.  Así evitas el contacto brusco del frío con ella y de paso saboreas un poco más ¿no crees? Se aplica también a las bebidas calientes, hay gente loca que le gusta quemarse la garganta pero no la lengua…


2.       Respira por la boca cuando lo necesites. La única manera que el aire frío natural afecte tu instrumento es que estés bajo cero grados centígrados.  De resto, tu aparato fonador está acostumbrado a esa clase de presiones, no lo subestimes.  Eso si,  cuando respiras por la boca eres más susceptible al humo del cigarro a tu alrededor que te puede dejar mud@ el mismo día… (ups… dije que no me metería con eso xD)



3.       Evitarás el frío de los aires acondicionados.  Ok, en este estoy completamente de acuerdo. A diferencia del frío natural, el químico del aire acondicionado reseca las mucosas en general, deshidratándolas. Sé que es difícil de evitar, sobre todo en los estudios musicales.  Una bufanda y un chocolate pueden salvar el día, pero es más fácil pedirle al encargado que le ponga una temperatura decente. 



Si tienen  preguntas, o cualquier otra inquietud sobre este, o cualquiera de los temas que he tratado en el blog, no duden en preguntarme. Tienen a su disposición la sección de comentarios (en cada una de las entradas) y mi formspring, cuyo link directo está a la derecha de esta pantalla.

sábado, 21 de mayo de 2011

Ser "comercial"







Si, ya sabemos que te han dicho que es “malo”. Que es lo que hacen todos esos vendidos que sólo quieren sacarle real a la música, sin tener ningún objetivo artístico ni estético en la vida.  Que no son realmente “artistas”; que sólo piensan en el comercio y por eso es que pegan en las “masas” ignorantes que consumen basura.  ¿Cierto? Realmente, no del todo.




Vamos a lo real, ya quitándonos el discursito aprendido, de aquellos que se creen más músicos que los demás por hacer cosas que nadie entiende.   

La verdad es que  muchos de quienes critican  la “comercialidad” de una pieza, tienen canciones bastante comerciales en su repertorio... para muestra un botón:



Reglas de una canción comercial:


1.       Duración corta.  Entre dos a tres minutos y medio. Permite ser radiada con frecuencia.  Si tienes la oportunidad de ver la contra-carátula de un cd original de los Backstreet Boys, Shakira o Britney Spears, verás que ninguna canción de estos reyes del show business te pasa de los  cuatro minutos.


2.       La Formulita.  Orden de la canción.


Intro (o coro) + Estrofa+ Coro + estrofa + Coro+ Solo+ (Coro x 3) = Hit.

Mientras más se repita un texto en una canción, más fácil se le mete a la gente en la cabeza y por lo tanto, VENDE. 

 

            Por ociosa, una vez revisé la canción de “Las Estrellas” de Caramelos de Cianuro, y me dio risa ver que de tres minutos que dura la canción, dos eran sólo de coro.   Porsia, nos leen fuera de Venezuela, con “coro” me refiero a “Estribillo”





3.       Lenguaje. Mientras más simple sea, más fácil pegará la canción.  Si encima tiene algunas palabras de “moda”  o de procedencia  no-académicamente-correctas (por no decir, “groserías”) pegará mucho más rápido. 




4..       Temática Universal. Temas que venden= SEXO, amor, SEXO, des-amor, SEXO,  esperanza, SEXO, problemáticas sociales, SEXO, rebeldía, SEXO….  Es decir, temáticas  de carácter universal, en las que todos nos sentimos alguna vez identificados y…. SEXO. 



5.     Ritmo repetitivo. Una canción que NO entra en los parámetros de lo “comercial” es justamente Bohemia Rapsodia de Queen, dado que ninguna parte de la canción se repite. 



       En la música popular, es muy raro el grupo que logre un éxito de tal magnitud con algo así, porque por cuestiones culturales, los músicos necesitamos volver a una base rítmica pre-usada en la canción. Mientras más dure y más se repita esa base, mayor éxito comercial tendremos. Esto se cumple sin distinción de géneros; lo vemos tanto en la salsa como en el death metal.  




Esas son las reglas de lo comercial, en cuanto a las canciones.  Generalmente, una canción que sigue estas reglas tiene mayor chance de vender. 

Si tienes un proyecto musical, seguro verás que muchas de tus canciones se adaptan a estas reglas de manera natural. La causa es que tienes toda tu vida escuchando la música en este formato. No hay nada de malo en ello.

El origen del "odio hacia lo comercial"  radica en que desgraciadamente, los productores y medios de comunicación social, a veces no ven el potencial comercial de algunos géneros musicales, y solo imitan al que esté pegando en los países del norte. Es decir, en las islas del Caribe, México y Miami. Tratando de concentrarse en los mercados más amplios, y olvidándose del mercado local.  

  (Esto no es de gratis, la piratería ha hecho que quiebre la industria del disco nacional, por lo que vender afuera se ha vuelto más rentable  que vender dentro del país)


No obstante, si el escenario fuera diferente…  ¿No nos gustaría que nuestra música se “vendiera” y así poder vivir de ella? ¿Ser “comercial” es malo?  Decídanlo ustedes.
    

martes, 17 de mayo de 2011

Tipos de Público en Concierto y cómo animarlos ;)


Cuando un toque sale mal, siempre hay dos culpables automáticos: el sonido y el público.   Seguro haz usado cualquiera de estas dos excusas alguna vez ¿verdad?  La primera es realmente posible, por ello,  haz una prueba de sonido con tiempo e integra  a un sonidista como un miembro más en tu banda o proyecto. Si él no está,  no toques y listo, ¡fuera excusa!  



 Con respecto a la segunda, no existe nada más patético que decir que "el toque salió mal porque el público era muy “aguado”".  Lo que tú hagas en tarima es sólo tu problema, aunque el público no parezca prestarte atención.
  
 Seguro te ha pasado que luego que te bajas, alguno de esos que ni te miró mientras cantabas se te acerca a decirte lo “arre…” que le pareciste, ¿no?  y pensaste “ok, porque no me lo demostraste cuando estaba allá arriba” ... Aquí una pequeña explicación:


Según la Programación Neurolingüística (PNL) existen tres  tipos de personas: los visuales, los auditivos y los kinestésicos. Así se ven cada una de esas personas dentro de un toque:




Visuales:     Se colocan delante de todo el mundo porque lo que les importa es verte, no necesariamente oírte.  No bailan, no cantan, y te miran fijamente, detallándote desde cómo te vestiste  a cómo te mueves en escena, siempre buscando contacto visual.


Hay incluso algunos, que ni siquiera te ven a la cara, sino a través de sus cámaras digitales o celulares; les  importa más grabar el concierto, para poder verlo después, muchas veces.   


Si te toca un concierto con puros visuales  seguro te desmotivas…. Porque piensas que no están “disfrutando el espectáculo”, ya que no cantan ni bailan.  Tienes puros zombies frente a ti.  

  El truco: imagina que eres una mega estrella. Posa para las cámaras, velos a los ojos. Si ves que no se mueven, no te desanimes, no tienen porqué hacerlo, créeme que lo disfrutan. ¿No se han ido, verdad?
No lo hagas: Nunca pidas a un público visual que baile.  Se vé feo, porque vas a tener que rogar sin resultados, no lo harán. Principalmente porque estás luchando contra su libre derecho de tripearselo a su modo.


Auditivos: A veces ni te miran.  Pueden estar hablandole al de al lado, como si no tuvieras la más mínima importancia. Pero créeme, te están escuchando... y con bastante atención. 

 Dependiendo de lo entrenado de su oido, pueden separar los instrumentos y escuchar sólo la guitarra, sólo la voz o el bajo, lo que capte mejor su atención.  Se les reconoce fácilmente porque inclinan la cabeza hacia un lado, y pueden asumir una actitud bastante quieta.   Además, seguir la letra y el ritmo con los labios, manos y pies.
Es de resaltar, que los músicos somos en gran parte auditivos,a si que si hay alguno en la audiencia será el que más rudo se porte en cuanto a la crítica.

El truco: olvídate de ellos.  Si piensas que te están analizando, lo único que lograrás es ponerte nervioso. Así que si les gusta bien, y si no también. La señal más clara de que les interesa lo que haces es que no se han movido del sitio. Eso debería bastarte.
No lo hagas: Lo mismo que en el caso anterior. Si ellos quieren oirte, no quieren otras distracciones.




Kinestésicos:  Es el tipo de público que todos queremos tener, se mueven, bailan, gritan, saltan, se incorporan a una buena olla.  Realmente no te están oyendo. Es posible que ni siquiera les importe la letra de la canción, pero reaccionan al ritmo y a las vibraciones que les estás enviando tanto tu, como la gente de su alrededor.

Si no hay muchos kinéstesicos en el público, es posible que los pocos que hayan se agrupen a un ladito a hacer una “mini olla.  Si hay uno solitario bailará  en un rincón o tratará de alentar a los demás para que lo hagan....   


El truco: ¡úsalos! Son una excelente materia prima para inventar juegos de participación.  Invítalos a saltar, a bailar, lánzate a la olla y únete a ellos. Para los visuales, es un espectáculo interesante que les permite filmar otras cosas.    Si te encuentras con un K solitario, ¡súbelo a la tarima! ¡Dale el micrófono! ¡Abrázalo! y hazlo sentir importante. Es un público que seguro volverá a tu próximo concierto ;).


Por supuesto, está clasificación es muy exacta para ser del todo real, hay personas que pueden ser de dos tipos al mismo tiempo, e incluso de los tres, pero en mayor o menor escala.  Visuales/auditivos que no se moverán; auditivos/kinestésicos que bailarán mientras cantan, y visuales/kinestésicos que no podrán decidir si brincar o verte, así que lo harán por turno. 

Tambien depende del tipo de música que hagas, y la cantidad de sillas que hayan colocado.  No hay nada que reprima más a un kinestésico que un auditorio lleno de sillas, porque la misma solemnidad del lugar hará que baile sentado.

¡Espero que estos consejos te sean útiles en tu próximo concierto! (Y nos invites, para reseñarlo en la agenda del blog) Un abrazo.

sábado, 14 de mayo de 2011

De Las etiquetas que nos ponen a los músicos.

             A nadie le gusta que lo etiqueten, que les roben la libertad de ser un ente individual, de ser especial y diferente. 

                He visto como muchos músicos al ser interrogados sobre el género musical que tocan responden con evasivas: “es algo loco, no sé que es”. … y cuando los escuchas no es nada fuera de lo común, es simplemente punk, ska, metal, en fin… un género específico y pre-existente. 


               No es su culpa, nadie cree parecerse a nadie, por el simple hecho de que nadie puede escucharse a si mismo y las influencias musicales existen. Un concejo: pregúntales a tus oyentes qué tocas, y que cosa nueva aportas al género. De esa manera sabrás qué puedes profundizar para sonar diferente a los demás, tener un estilo propio, que te permita ser reconocido sólo de oírte.  

          Con respecto a la etiqueta por imagen, es incluso mil veces más atroz. Porque nadie necesita hacer un contacto real contigo para clasificarte, con mirarte basta. 

      

En mi banda nuestra vestimenta diaria está condicionada por nuestra economía y el fastidio que nos dá planchar. Un Blue Jean que aguante media semana, la primera camiseta que saquemos del closet y los zapatos de goma de todos los días. Por lo general, me peino con el ventilador y no llevo maquillaje.  Sin embargo, y  a pesar de llevar una vida tan rockera en ese sentido ¡La gente cree que canto pop! 


                “Cuchi” fue la definición que me dieron una vez.  Una vez me subí a una tarima donde no me conocían y la reacción de la gente fue muy interesante. Pusieron la misma cara que pondrías tu si te ofrecieran un jugo de  limón y te dan uno de parchita… y no te lo dicen hasta que lo pruebas. Esas caras de confusión… de no reconocer el sabor… bueno, así.  


                Entonces en los toques he comenzado a disfrazarme. A vestirme de luto, a alisarme el pelo, a pintarme los ojos como si tuviese un golpe en cada uno… ¿soy yo? ¡Por supuesto que si! Soy yo disfrazada de "metalera". Porque al parecer no es suficiente con escuchar y cantar metal.  La imagen no cambia lo que soy, pero sin duda establece un contacto de empatía con el público  que ya sabe qué esperar de mí. 



En lo particular ya superé la etapa de vestirme como perteneciente a alguna movida musical, porque la experiencia me ha dicho que muchos de los que se visten de esa manera no entienden el porqué. 


Pasaron años- y una tesis de grado- para poder comprender que los rockeros nos vestimos de negro copiándonos de  Black Sabbath, (aunque nunca los hayamos escuchado), y que los cantantes de música llanera, han adoptado la moda texana para parecer más “modernos” en un país que le cerraba las puertas a su propia música folklórica.  

        Nuestra imagen se ha convertido en un arma de sobrevivencia.  Somos entretenedores, existimos en función de un  público porque sin ellos no tocaríamos más. Tan sencillo como que no nos saldrían más toques.   Pero igual que con la música, en la imagen hay que buscar la forma de sobresalir  de los de nuestro propio género. De no ser más del montón…. Un artista no puede darse el lujo de ser “normal”, hay que brillar (sin caer en lo Twillight). 
 


   El que te disfraces o no, es una decisión personal. Pero la etiqueta igual va.    ¿Cómo evitarla?... desgraciadamente, la gente necesita darle nombre a lo desconocido. Acostúmbrate.



martes, 10 de mayo de 2011

Cosas “buenas” y “malas” para las cuerdas vocales.


 


     Durante la primera clase, mis alumnos suelen caerme a preguntas acerca de qué es bueno y qué es malo para la garganta.   Algunos aseguran  que comer maní es malo antes de cantar, otros dicen que comer azúcar es dañino porque se acumula sobre las cuerdas vocales, incluso que el brandy es bueno para “calentarlas”… la verdad, es que si alguna de estas cosas fuera cierta, tendrían mayores problemas que una simple ronquera… estarían casi azules  y tosiendo como locos. 
 


Las cuerdas vocales son algo así como la tapa de un gran tubo llamado tráquea. Su función principal, -aparte de crear sonidos- es evitar que cualquier alimento que haya esquivado la glotis, pueda pasar  a los pulmones.  
 
 Para quienes se lo preguntan, la glotis es una pequeña “pestaña” que cuando tragamos cierra el acceso hacia las cuerdas vocales y la traquea, y por lo tanto, nada que ustedes coman puede llegar a ninguna de las dos. (Vean la imagen) A menos que intenten comer y respirar al mismo tiempo, lo que haría que se ahogaran estúpidamente. 


                 Por eso mismo, no hay alimentos buenos o malos para las cuerdas vocales. Una alimentación balanceada, al proferir salud a su cuerpo entero, es suficiente para mantenerlas en buen estado.


                Seguro piensan que hablo sin saber, porque cuando ustedes estaban roncos les mandaron a tomar limonada caliente con miel y se curaron. Si, pero esa “ronquera” en particular puede tener sólo dos causas: una inflamación, o una infección en la laringe, no en las cuerdas vocales.


Laringe y faringe inflamadas.
                Una inflamación - el caso más común- puede ser ciertamente tratada de forma natural con ciertos alimentos dependiendo de qué la cause.  Por ejemplo, si la inflamación se debe a un cuadro gripal o alérgico el jengibre, el berro y la miel son los  indicados, pues el primero ataca la congestión nasal, el segundo descongestiona el pecho y la miel desinflama, limpia e hidrata la zona afectada; si la inflamación se debe al desgaste de la laringe luego de muchas horas  gritando, ¡no uses jengibre!  ni ningún alimento pìcante, porque son sumamente irritantes para las mucosas y te pondrás peor. 

Cuando se trata de una infección, lo que se debe hacer es ir al médico pues este es el único que puede recetar los antibióticos pertinentes. Sin embargo, podemos tomar cosas frías para mitigar el dolor, y hacer tocamientos con “azul de metileno”  como complemento al tratamiento médico, nunca como sustituto. 

En el próximo post, les daré una lista completa de los alimentos buenos para la laringe, y en qué situaciones utilizarlos. Hasta luego!