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Cosas que todos sabemos que le hacen daño a nuestra garganta: Gritar, Carraspear, Fumar, beber licor, los cuadros gripales, las alergias, las caries, los reflujos estomacales…
Podría hacer un artículo completo acerca de porqué cada uno de estos elementos son dañinos para la salud vocal, pero sé que no vale la pena perder tiempo en decirles que los “vicios” son malos, que fumar mata, y que no se debe comer en exceso…
Así que hablaré de algo que no moleste a nadie, y que seguramente habrán escuchado alguna vez: El Sr. Frío. Según algunos profesores de canto, estas son las reglas para tratar con él:
1. * “No tomarás bebidas frías, te olvidarás del helado y el hielo…”
2. * “Debes respirar por la nariz, para calentar el aire antes que pase por tu faringe.”
3. * “Evitarás el frió extremo de los aires acondicionados…”
Ok. ¿Evitarás el helado? Sabemos que no. ¿Y que hay de esas frases tan rápidas que nuestra única solución es respirar por la boca? Bueno, hora de matar algunos viejos mitos:
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Cuando hablamos mucho rato o cantamos, nuestros músculos laríngeos y faríngeos se estiran y se calientan volviéndose muy flexibles y fáciles de manejar. Se descomprimen, por decirlo de otra manera.
Lo que hace el frío, es comprimir esos músculos de forma abrupta, lastimándonos.
Imaginen un jugador de fútbol que luego de dos horas de juego no estire las piernas. A la media hora seguro sentirá “puyitas” por el ejercicio realizado. El estiramiento post-ejercicio es necesario para que el músculo obtenga su mayor extensión antes de comprimirse naturalmente y hacer que estas “puyitas” no aparezcan.
Cuando nos tomamos “una fría” bien fría luego de un toque, lo que nos deja roncos el día siguiente no tiene que ver con el licor ingerido, sino con esa contracción abrupta del músculo. A largo plazo, esas contracciones repetitivas van degenerando las paredes de la laringe, creando grietas que sólo la cirugía láser puede sanar.
Sin embargo, exageran al pedirnos que renunciemos al hielo. La verdad es, que a pesar que el frío es un factor perjudicial para nuestra garganta, existen maneras de protegerse de él sin caer en sacrificios de por vida.
1. Las bebidas frías sólo son perjudiciales ante gargantas muy calientes. Por ejemplo, cuando cantas o hablas por mucho tiempo. Así que, evítalas.
El resto de las veces, la garganta puede estar medianamente caliente, por lo que puedes calentar un poco la bebida en la boca antes de que esta pase por la garganta. Así evitas el contacto brusco del frío con ella y de paso saboreas un poco más ¿no crees? Se aplica también a las bebidas calientes, hay gente loca que le gusta quemarse la garganta pero no la lengua…
2. Respira por la boca cuando lo necesites. La única manera que el aire frío natural afecte tu instrumento es que estés bajo cero grados centígrados. De resto, tu aparato fonador está acostumbrado a esa clase de presiones, no lo subestimes. Eso si, cuando respiras por la boca eres más susceptible al humo del cigarro a tu alrededor que te puede dejar mud@ el mismo día… (ups… dije que no me metería con eso xD)
3. Evitarás el frío de los aires acondicionados. Ok, en este estoy completamente de acuerdo. A diferencia del frío natural, el químico del aire acondicionado reseca las mucosas en general, deshidratándolas. Sé que es difícil de evitar, sobre todo en los estudios musicales. Una bufanda y un chocolate pueden salvar el día, pero es más fácil pedirle al encargado que le ponga una temperatura decente.
Si tienen preguntas, o cualquier otra inquietud sobre este, o cualquiera de los temas que he tratado en el blog, no duden en preguntarme. Tienen a su disposición la sección de comentarios (en cada una de las entradas) y mi formspring, cuyo link directo está a la derecha de esta pantalla.